La expresión “abdomen agudo” indica la presencia de un cuadro de afectación abdominal de instauración brusca oinsidiosa, que se caracteriza por una evolución rápida y consecuencias graves y que se manifiesta clínicamente con una semiología muy expresiva, cuyo síntoma más frecuente e importante es el dolor. Esta situación obliga a realizar un diagnóstico precoz, para poder llevar a cabo una terapéutica urgente, en la que la cuestión fundamental es la decisión de una intervención quirúrgica.
En los países desarrollados ingresan cada año una media de 4/1.000 niños menores de 12 años por un cuadro de dolor
abdominal agudo(1). De estos pacientes alrededor del 50% precisan ser intervenidos por un abdomen agudo(1). La apendicitis
aguda es la causa más frecuente de abdomen agudo en la infancia(2).
El objetivo fundamental en el abdomen agudo es el diagnóstico urgente para evitar complicaciones graves (peritonitis,
pérdida intestinal, shock hipovolémico). La mayoría de los cuadros clínicos que provocan un abdomen agudo quirúrgico tienen una evolución rápida, por lo que presentan una alta morbimortalidad si no se lleva a cabo una intervención quirúrgica urgente. La realización de una historia clínica detallada y una exploración física adecuada nos proporcionará en muchas ocasiones más información que multitud de pruebas complementarias y son la llave para un correcto diagnóstico del abdomen agudo en el niño. El laboratorio, la radiología y, en especial, la ecografía abdominal, aportan datos fundamentales en el diagnóstico de un amplio grupo de procesos abdominales agudos en la infancia.