El único tratamiento eficaz hasta la fecha para la enfermedad celiaca es una dieta sin gluten estricta y para toda la vida (se trata de una enfermedad crónica). Así, el paciente celiaco deberá eliminar esta proteína de su dieta, evitando por todos los medios realizar transgresiones de la dieta y contaminaciones accidentales.
El gluten es una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno y sus derivados. La avena, siempre perteneciente al grupo de los cereales prohibidos, es un cereal que por naturaleza no lleva gluten pero suele llegar al mercado con trazas, por lo que no es recomendado su consumo para los celiacos con la excepción de la avena que está certificada como “libre de gluten”. Así, encontramos otros cereales, menos comunes que también tienen gluten como la espelta o escanda, el kamut o el triticale. Todos ellos no pueden ser consumidos por los celiacos, así como los alimentos o productos que los incluyan entre sus ingredientes.
La dieta sin gluten puede ser una dieta rica y sabrosa, ya que existe una gran cantidad de alimentos que de forma natural no contienen gluten como son las verduras, frutas, pescados, huevos, hortalizas, cereales como el maíz, tubérculos como las patatas, y un largo etc. La recomendación que realizan los profesionales de la nutrición, es basar la dieta sin gluten en este tipo de alimentos.
Pero en los últimos años la industria alimentaria se ha esforzado por lanzar al mercado productos procesados que sustituyen a aquellos que los celiacos no pueden consumir por su contenido en gluten. Se trata de pastas, panes, bollería, dulces, pizzas, etc, que a día de hoy podemos encontrar en sus versiones sin gluten, aptos por tanto para el consumo de los celiacos siempre que así se especifique en el etiquetado.
La Federación de Asociaciones de Celiacos de España dispone de una clasificación de alimentos, en la que a través de un código de colores, indica qué alimentos son aptos para los celiacos (en verde), cuáles contienen gluten (en rojo) y cuáles son dudosos y habría que comprobar el etiquetado consumiendo siempre aquel que aclare de forma inequívoca que se trata de un producto apto para el consumo de celiacos (en naranja).
Cuando un celiaco recibe su diagnóstico, lo hace con un intestino dañado que ocasiona siempre problemas de absorción de nutrientes. De ahí que sea muy habitual que los celiacos presenten déficits nutricionales que revertirán a medida que la dieta sin gluten ayude a regenerar el intestino.
Los déficits nutricionales más habituales son debidos a una anemia ferropénica, pero también puede haber carencias de otros minerales además del hierro como el zinc, el cobre, el calcio y también vitaminas, especialmente del grupo B.
Así, siempre se recomienda que además de evitar el gluten de forma estricta, el celiaco trate de buscar de forma natural alimentos que le ayuden a recuperar los niveles óptimos de estos nutrientes y para ello es fundamental consultar con un especialista.
También es recomendable, al inicio del diagnóstico no abusar de los productos procesados elaborados específicamente sin gluten, tales como panes, bollería, galletas, pasta, pizzas. La recomendación general en estos momentos es hacer una dieta lo más natural posible, basada en alimentos y no en productos. Recomendación que debe estar vigente siempre, tanto para celiacos como para no celiacos.
De forma tradicional se ha incluido dentro del grupo de los cereales con gluten la avena, aunque se trata de un cereal que de forma natural no contiene gluten. Formaba parte de este grupo porque era habitual que tras el proceso de recogida del cereal, éste se contaminase y por tanto dejase de ser apto para el consumo de celiacos. Sin embargo, a día de hoy, la industria alimentaria ha puesto en el mercado para su comercialización avena “sin gluten”. Sólo es apta siempre que incluya de manera explícita la expresión “sin gluten” o alguno de los sellos oficiales que acreditan que se trata de un alimento apto para el consumo de los celiacos.
Aún existiendo la posibilidad de tomar avena sin gluten, se recomienda antes de comenzar su consumo consultarlo con el médico.
La dieta sin gluten debe basarse en alimentos que de manera natural no contienen gluten, como verduras, fruta, pescado, huevos, carne… Todos estos alimentos, denominados genéricos, no deben estar etiquetados y serán aptos para el consumo por parte de los celiacos, siempre y cuando en el etiquetado no se indique lo contrario.
Es decir, un alimento genérico es de forma natural sin gluten y no tendrá etiqueta que así lo acredite. Pero en caso de haberse contaminado en algún momento proceso de la producción, envasado, etc… y se deberá indicar en el etiquetado con expresiones como “puede contener trazas de gluten”, “producto envasado en fábrica en la que puede haber gluten”, etc.
Más allá de los genéricos, existe una inmensa cantidad de productos que pueden contener gluten. Desde salsas, patés, postres, bebidas y por supuesto todos aquellos cuyos ingredientes principales son cereales con gluten y que por tanto no se pueden consumir (pasta, panes, bollería, pizzas, galletas, etc).
Los productos que en su etiquetado llevan la expresión de forma específica “sin gluten”, en cualquier idioma, son productos aptos para el consumo de celiacos ya que contienen menos de 20 partículas por millón de gluten. En caso de que la etiqueta exprese de forma específica que se trata de un producto “bajo en gluten”, no será un producto apto para celiacos ya que puede contener hasta 100 ppm de gluten.
Aquellos productos que, sin ser genéricos, en su etiqueta no especifique si contiene o no contiene gluten, sería necesario comprobar su idoneidad para el consumo por parte de celiacos a través de la propia fábrica del producto. Es un error consumir productos ciñéndose sólo a la lectura de los ingredientes, ya que a día de hoy, con la normativa vigente, las empresas no están obligadas a declarar si sus productos contienen trazas de un alérgeno como es el gluten. Por otro lado si encontramos productos en los que la etiqueta especifica que “puede contener trazas de gluten” con esta misma expresión, no será apto para el consumo por parte de celiacos.
Además de la voluntad que pueden tener las empresas privadas para etiquetar sus productos sin gluten siempre que tengan menos de 20 ppms de gluten, las asociaciones y federaciones de celiacos, así como otros entes, han creado sus propios sellos acreditativos para garantizar una mayor seguridad en los productos.
Si un producto contiene alguno de estos sellos significa que, además de los controles rutinarios, ha sido sometido a análisis que certifican que son aptos para celiacos en las condiciones que establece cada uno de los sellos.
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