Síndrome de vómitos cíclicos

El vómito es una respuesta refleja altamente integrada a diversos estímulos y principalmente somática. La actividad muscular implicada afecta a los músculos respiratorios, así como a los músculos abdominales. El vómito consiste en una expulsión violenta del contenido gástrico a través de la boca.
Consta de tres fases distintas: náusea, arcada y vómito(1).

Náusea

La náusea es una sensación física que puede ser inducida por estímulos viscerales, laberínticos o emocionales y
no siempre evoluciona a arcada o vómito. Está caracterizada por un deseo inminente de vomitar, el cual puede sentirse
en la garganta o en el abdomen. Con frecuencia, está asociada con síntomas y signos autonómicos como salivación, palidez, sudoración y taquicardia, así como anorexia. La peristalsis activa cesa durante la náusea y las partes más inferiores de la curvatura mayor descienden bastante abruptamente.
En contraste con la pérdida de tono en el fundus y cuerpo del estómago se producen contracciones frecuentes en el antro gástrico (taquigastria), con contracciones generalizadas de la segunda parte del duodeno. La taquigastria es también evocada por el mareo en el hombre y está fuertemente relacionada con los síntomas de la náusea(2). El bulbo duodenal está distendido y hay reflujo del bulbo al estómago. Se ha observado peristalsis retrógrada dentro del estómago desde zonas distantes como el duodeno proximal(3).

Arcada

La arcada puede, naturalmente, suceder sin vómito. La arcada implica una serie de movimientos espasmódicos y respiratorios
abortivos con la glotis cerrada, durante los cuales un esfuerzo inspiratorio de los músculos del tórax y diafragma, creando una presión negativa intratorácica, ocurre simultáneamente con una contracción espiratoria de los músculos abdominales. El diafragma se mueve hacia abajo violentamente con cada movimiento nauseoso, pero el rango de movimientos es pequeño inicialmente. Al mismo tiempo, hay movimientos del estómago y su contenido. El fundus se dilata y permanece fláccido, pero el píloro y el antro se contraen.

Vómito

Las náuseas culminan en una contracción sostenida de los músculos abdominales, acompañada de un descenso incrementado del diafragma. Todo el diafragma se contrae, excepto la porción final, que se relaja. Para que ocurran los vómitos el mecanismo antirreflujo debe ser superado, y esto  no es enteramente explicado por el incremento en la presión abdominal, aunque contracciones fuertes y sostenidas de los músculos del abdomen son un componente importante.
La única porción del estómago que se contrae durante el vómito son el píloro y el antro, el fundus y el esófago están relajados, abriéndose la boca. La relajación del esófago inferior observada durante los vómitos es tan marcada que ha sido denominada canalización(4).

 

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